Esta tarde, buscando
algunas ideas sobre qué actividades se podrían hacer con los niños tras la lectura
de un cuento, me he encontrado con un libro muy interesante del autor Gianni
Rodari, titulado “La Gramática de la Fantasía”.
El propio autor define el
libro de la siguiente manera:
<<…no
es ni una teoría de la imaginación infantil, ni una colección de recetas, un
“sabores” de las historias, sino, creo, una propuesta para poner junto a
cuantas tiendan a enriquecer de estímulos el ambiente (casa o escuela, no importa)
en el que crece el niño. La mente es una. Su creatividad se ha de cultivar en
todas las direcciones. Las fábulas (escuchadas o inventadas) no son “todo” lo
que sirve al niño. El uso libre de todas las posibilidades de la lengua no
representa más que una de las direcciones en que puede expandirse... La
imaginación del niño estimulada para inventar palabras aplicará sus
instrumentos sobre todos los aspectos de su experiencia que desafíen su creatividad.
Las fábulas sirven a las matemáticas como las matemáticas sirven a las fábulas.
>> (Rodari, G. 1993. Gramática de la fantasía.)
En este libro, tal y como
hemos leído, Rodari expone varias
actividades, juegos o métodos, basados en el lenguaje, que estimulan la
creatividad.
El primero de estos
métodos es denominado “binomio
fantástico”. Dicho método consiste en contraponer dos palabras que no
tienen nada que ver entre sí. Con ambas palabras, los niños deberán utilizar su
imaginación para crear una relación entre ellas. Un ejemplo que propone el
propio Rodari es el desarrollo de un cuento a partir del binomio “armario-perro”.
Además el propio autor aconseja que para
que el juego resulte más enriquecedor las palabras sean escogidas al azar.
El segundo método que se nos propone
es el de la “hipótesis fantástica”.
En este caso el juego consiste en buscar la relación entre un sustantivo y un
verbo escogidos al azar. Un ejemplo de ello con las palabras llorar y arcoíris sería: “¿Qué pasaría si los seres humanos lloraran
arcoíris?
Otro
tipo de juego es el denominado “prefijo
arbitrario”, a través del cual formaremos palabras nuevas con la unión
arbitraria de un prefijo y un sustantivo. Para esta actividad Rodari nos
propone realizar dos columnas, una de ellas con prefijos y la otra con
sustantivos, de tal modo que podamos crear una gran variedad de palabras
nuevas.
La
cuarta actividad propuesta es el “error
creativo”. El autor nos plantea usar los errores para crear nuevas ideas,
casi siempre de tipo humorístico. Por
ejemplo el error ortográfico de “conrazón”
en lugar de “corazón” puede resultar
muy beneficioso para trabajar con él en el aula.
Otra
propuesta es “el elemento extraño”.
Para llevar a cabo esta actividad se les dará a los pequeños una lista de palabras
y a través de ellas deberán imaginar y construir una historia.
El
autor también nos propone el método “cuentos
en clave obligatoria”. En esta actividad se les proporcionará a los alumnos
dos premisas: un cuento que conozcan previamente y un concepto o dato nuevo que
deberán introducir en el cuento. Por ejemplo el cuento de “Hansel y Gretel” pero que en vez de estar ambientado en
el bosque esté ambientado en una ciudad. La complejidad de esta actividad
dependerá de la edad de los niños con los que estemos trabajando.
Por último se nos propone la llamada “creación de personajes” a través de
binomios con el fin de inventar un nuevo personaje. Gracias a la creación de
estos personajes, como por ejemplo “hombre de hierro” podremos intuir cómo
serán sus aventuras. Si escogemos como personaje al “hombre de hierro” podemos
suponer que no será muy rápido o que no será muy ágil.
Personalmente, la lectura
de estos métodos me ha resultado muy interesante y curiosa, ya que no se me
había ocurrido nunca antes trabajar la
creatividad del modo en el que Gianni Rodani la ha propuesto. Además con estas
actividades el alumnado no solo fomenta su creatividad sino que también amplía
su vocabulario y explora las posibilidades del lenguaje.
Asimismo, encuentro muy
positivo que las actividades propuestas no precisen que los niños o las
personas a las que vayan dirigidas tengan una determinada edad, sino que se
pueden adaptar dependiendo de las características y necesidades de los
participantes.
En general me ha parecido
un texto muy enriquecedor que puede servir de ayuda tanto a maestros y maestras
como a padres y madres que quieran que sus alumnos o hijos aprendan a la vez
que se divierten.
Ana María
Morales Castilla.
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