Como lo prometido es deuda, nuestro amigo Alfredo el aventurero y yo no podíamos
esperar más para contaros esta historia.
Como ya comentamos en una entrada anterior,
se piensa que el cuento de Blancanieves está inspirado en una persona real.
Este descubrimiento fue gracias al Dr. Karlheinz Bartels. Este historiador de
Lohr encontró numerosas coincidencias entre las características de esta
localidad y una de sus habitantes, María
Sophia Margaretha Catharina von Erthal, y el cuento de Blancanieves.
A continuación os vamos a enseñar las
similitudes más curiosas de estas dos historias.
María Sophia Margaretha Catharina von
Erthal, quien es considerada la verdadera Blancanieves, vivió en un castillo en
Lohr, Alemania. Actualmente, este lugar es un museo en el que se puede
contemplar el espejo mágico.
Esta niña era muy querida en esta localidad.
La describían como una joven noble, amable y bondadosa, llena de virtudes. Un
hecho que posiblemente favoreció esta visión de la niña fue la ceguera parcial
que sufría desde pequeña debido a la varicela.
El espejo que se expone en el museo
perteneció a la segunda mujer de Philipp Christoph von Erthal, el padre de la
niña.
Las propiedades mágicas de este espejo
residen en su forma y sus materiales: carbonato sódico, conocido como ceniza de
soda o sosa, que procedían tanto de la propia región como de España. Además de
su curiosa propiedad acústica que hace que resuenen las palabras al hablar
cerca de él, debemos añadir el grabado en uno de sus medallones donde se lee “Amour Propre”
El papel pasivo del padre de Blancanieves
coincide con la ausencia de Philipp Chistoph en la vida de su hija. Por razones
de su trabajo como diplomático, viajaba frecuentemente, conociendo así a
numerosos emperadores, reyes y reinas. Es esta la razón por la que afirman que
esta familia tenía características propias de una familia real.
Según las referencias locales, el bosque por
el que Blancanieves escapa sería el Spessart.
La explicación de la aparición de estos
personajes en el cuento la encontramos en las siete montañas llamadas Höhenweg,
que están cerca de las minas de Bieber, donde en 1750 picaban allí unos 500
mineros en busca de plata y cobre. Así mismo, los siete enanitos eran mineros
de talla pequeña que eran los que cabían por estas minas o, más probablemente,
niños con aspecto envejecido por este duro trabajo.
La famosa manzana, según la investigación de
Bartels, fue envenenada introduciéndola en zumo de belladona, fruto que se
encuentra en el Spessart y que aún hoy en día se utiliza en medicina. Esta es
la razón por la que Blancanieves adoptó una apariencia rígida como si estuviera
muerta
La urna de cristal y las zapatillas de
hierro
Hay evidencias de que estos objetos fueron
fabricados por la manufactura de vidrio, el primero, y por herreros el segundo
gracias al hierro del Spessart.